QUIÉN TV... Y... NO TV?

QUIEN TV… Y.... NO TV?

Cada cierto tiempo los programas de televisión buscan tener mayor sintonía haciendo tontera y media, en países como los nuestros. Es que, si en otros campos venimos hace mucho tiempo destacando (literatura, artes plásticas, economía, informática, música, cine, etc.) la televisión que es un medio masivo se ha estancado, al copiarse permanentemente los programas unos a otros, porque ya se cansaron de clonar los programas de canales de otros continentes. Nada es novedoso para nuestra televisión: los concurso de bailes, los de canto, los jurados amañados, las cabinas para hacer mimo, los saltos sobre objetos con golpe incluido, los cambios de loock, las risas grabadas, los enlatados cinematográficos, etc. Sucede que ahora, cada cierto tiempo se busca un tonto(a) útil para hacer reír al público, burlándose, insultándolo o simplemente presentándolo para haciéndolo “famoso”, disparar hacia él todo tipo de improperios burlescos.Por los canales de televisión en Lima han ido desfilando en diferentes momentos: Felpudini, Petipan, Mario Poggi, Susy Díaz, Tongo, Agencia Meza y otros…Pero la última adquisición de los mediocres programas televisivos han tomado a nuestro Puma Carranza para hacer lo mismo. Sin duda se ve que el deportista disfruta de lo que hace(bailar o cantar, o ambas cosas a la vez), cree que su “talento” agrada y mueve la sensibilidad más aristocrática de su teleaudiencia y no se ha dado cuenta que simple y llanamente es la burla, mofa y diversión hasta de sus mismos excompañeros de equipo, como sucedió recientemente en un programa de farándula nocturno. Lo que más me apena, es que muchos de los nombrados disfrutan hasta hoy del tonto papel que les toca desempeñar cada vez que los entrevistan. Están encandilados con él….y al hacerse populares, ven una excelente oportunidad para acceder a otros puestos de la sociedad: ser político por ejemplo….y…Lo que sucede es que los peruanos estamos muy habituados a encontrar en otros los defectos que no aceptamos en nosotros mismos. A simular que quienes son causa de nuestra risa, son los otros, cuando estamos ocultado nuestra propia realidad. Burlarse de alguien, poner apodos o alias, encontrarle defectos y enrostrárselos, Contribuir a que la familia entera del “tonto útil” también se le involucre en una parodia de mal gusto. Convertir un evento serio en la vida de éste en una tragicomedia chaplinesca….es de poco valor humano.
Hacemos burla del dolor ajeno, del defecto físico del otro, de la edad, de la ausencia de neuronas, la fealdad, la estatura, del puesto de trabajo, la gordura, la raza, la voz chillona o ronca, la pobreza, del barrio o la casa donde vives, etc. Nos recuerda a aquella periodista televisiva que llegada a un velatorio, pidió a la humilde familia, que abra la tapa del féretro para mostrar en pantalla cómo había quedado el difunto.
Porque a decir verdad, tenemos un espejo diferente, que sólo refleja las miserias y defectos de los otros, nunca los nuestros…hasta que el tiempo nos recuerda nuestra realidad…cuando es demasiado tarde.

EB- 15 de agosto 2008