DOCUMENTOS DEL NO OLVIDO

DOCUMENTOS DEL NO OLVIDO

(EB-23 DE AGOSTO DE 2010)

Hay realidades que son grises, o que tienen la ausencia de color que las convierten en negro, como la noche en el lugar más triste del planeta. Eso fue lo que pensé cuando visité el hall del Centro Cultural Japonés en Jesús María. Me sentí el tiempo que no pasó y que quedará grabado en la conciencia de millones de personas que vieron la bomba arrojada en Hiroshima (Japón) en la 2da Guerra Mundial y que no sólo destruyó la ciudad, sino la vida de sus habitantes, las casas, los puentes, las iglesias, las calles y las huellas de las manos de sus habitantes. Porque el fin de una guerra es destruirlo todo, no dejar rastro, crear la estación del frío, donde el abrigo se ausente por siempre, el campo no permita cultivo, y el lugar no acepte vida….para congelarlo eternamente. Así es el odio, la soberbia, el capricho, los intereses torcidos de las grandes potencias y de las que aún no son grandes, para atacar, sin tener en cuenta que todos estamos hechos de barro a imagen de nuestro Creador.

Desmotivados por la catástrofe, muchos emigraron de Japón hacia el Perú, cargando en su asociada conciencia el dolor, la frustración la pena, el llanto y la ruptura definitiva de sus costumbres, sus comidas y sus ritos milenarios que hacen su verdadera historia de orden, misticismo, amor por el trabajo y genialidad para crear. Japón que tuvo que enterrar a sus muertos o lo que quedó de ellos. Introspección para tomar otro camino, valentía para enfrentar el reto, talento para iniciar el diálogo con el enemigo, amor para aprender a perdonar, y memoria para olvidar.

Qué ejemplo de pueblo para generar industria de tecnología de punta, para compartir liderando las proezas de nuestro siglo, para entregarnos a descendientes que han hecho por nuestro país en los diversos campos, lo que muchos peruanos de ancestro territorial no hemos hecho. Qué manera de perdonar el error generando relaciones de adaptación en la costumbres de cada pueblo.

La exposición me conmovió hasta las lágrimas. Son fotografías y dibujos realizados por algunos artistas sobrevivientes de la catástrofe. Son elocuentes a diferencia del silencio que generan sus connacionales. Patean el alma maltratando todo nuestro cuerpo que no conoce la mutilación de sus miembros, el horneado de nuestra piel y nuestros huesos. Qué manera de evitar tugurizar la relación con sus atacantes, encontrando posibilidades de intercambio de respeto mutuo en nuestros días….A mis sorprendidos ojos llorosos, sentado en la cafetería del CC Japonés con Paty Takeda coordinadora cultural, sólo quedó secar las lágrimas y evité hablar, mientras mi amiga entendía lo que interpretaba de mi silencio. En ese momento recordé mi visita años antes al Museo Nacional de Berlín, donde apreciando en una sala una gigantesca maqueta color blanco del holocausto judío, terminé en nefastas condiciones al apreciar luego en un multimedia, los bombardeos a la ciudad de Berlín de manera cruel, propia de la guerra de aquí y de allá.

Es que el hombre se ha especializado en destruir y eso le place. Es suficiente pensar que el hombre de la prehistoria fue un destructor de su hábitat como sigue siendo el hombre de la historia de hoy. Nerón incendió Roma, Hitler aplastó la dignidad de Europa. Estados Unidos destruye lo que le viene en gana en el país más lejano o cercano de tu territorio por esa equivocada vocación de sentirse “protectores del planeta”…A esta altura de la historia, no queda ningún lugar en la tierra que no haya sido maltratado por el hombre. Sumado al calentamiento global y al nada existente respeto por la dignidad humana, estamos pronto a vivir el apocalíptico episodio del cual científicos, filósofos y líderes religiosos pareciera haberse puesto de acuerdo para tener en vilo a toda la humanidad…Pero esos son asuntos mayores y evitemos cualquier enfrentamiento que destruya más, lo que ya hemos destruido.