¿GANAR O PERDER?

¿GANAR O PERDER?

(EB-abril 11, 2011)

Un acto electoral es emocionante para mí. Es decidir por quién debo votar y si estaré orgulloso de lo que pueda hacer durante su gobierno, en bien de la mayoría de peruanos. No me gustaría postular para ningún cargo, no estoy preparado para levantarme a las 3 o 5 de la madrugada y emprender un viaje largo para soportar climas diversos, escuchar los reclamos de la gente, comer al paso lo que me ofrecen, y jugar con el futuro de mi Patria. No estoy preparado para sustituir las cosas que me agradan, por aquellas que tengo que aceptar en bien de mi país: las críticas de los enemigos, hacer el ridículo en los programas de televisión, bailar aunque jamás haya tenido ritmo en mi cuerpo, procesar las declaraciones de cada medio, discrepar y quedarme callado, y hablar en el idioma de todos y el mío sin herir susceptibilidades. Respetar la Constitución, enfrentarme a militares, laicos, curas, monjas, campesinos, trabajadores, empleadores, empresarios, ambulantes, delincuentes…porque al final es la gama de un país cualquiera. Además respetar las leyes y normas del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo, el Congreso, las Fuerzas Armadas y Policiales….etc. contentando a todos….

Pero hay quienes creen que la tarea de ser presidente de la república o parlamentario es fácil. Eso explica el por qué tanto “mil oficios”· se presenta en listas de los partidos políticos para ver si les liga un sueldo y una suma de privilegios como para que no te ataque la pulmonía económica, ni te desafíe ninguno de los que no ocupan un cargo como el tuyo. Hay los que nacen y crecen creyendo que siempre van a ser elegidos, como que los votantes estamos en la obligación de “certificar” su importancia para el país y al cargo que postula. Hay muchos que se sienten ganadores desde que nacen, y su vida está llena de fracasos. Pierden siempre, pero no lo aceptan y vuelven a postular. Son un conflicto consigo mismo, no tienen el instinto de conservación que la dignidad exige a todo ser humano, y se uniforman con otros cientos y tal vez miles de desafortunados postulantes a la presidencia, al congreso y al llamado Parlamento Andino por enésima vez.

Muchos ofrecen defender lo indefendible cuando lleguen al cargo, pero sabemos que hay congresistas que tienen más de veinte años viviendo del gobierno con el cuento de “los viejitos”, los trabajadores manuales”, “los gay”, “ las madres solteras”, “los jóvenes estudiantes”, “los vendedores ambulantes o informales”, “los que no tienen título de su terrero”, “los que no tienen agua, luz, gas, o lo que sea “… para encontrar una razón saludable a su manera y ser elegidos.

Son muchos los que se quedaron en la intención y en el camino hacia…, se tendrán que enfrentar al tiempo que invade nuestros poros y huesos para decirnos que no somos autosuficientes para merecerlo todo y todo el tiempo. Imagino que por salud mental, no veremos en el 2016 postulando a los mismos de siempre, a los que no despiertan la conciencia nacional en sus actos, a los que traicionan los elementales principios de amor por el Perú, a los que roban permanentemente al Estado en los cargos que asumen, a los fabricantes de intereses personales, que da pena decirlo…son la mayoría.

Ahora parece ser que los movimientos nacionalistas lucharán por acaparar el poder y para ello no les importará romper los cimientos de nuestra nación, aplastar la Constitución, volver a reelegirse cuantas veces quieran, y buscar el ángulo obtuso para disculpar cada uno de sus malévolos actos. Se multiplicarán las comunidades mentales para tramar desde ahora de qué manera lo que nos costó a los peruanos tantos siglos, pueda terminar siendo entregado a potencias foráneas, que resentidas prefieren controlarlo todo en beneficio de ellos, su familia y sus amigotes….Dios Salve al Perú.