AL FINAL DE UNA ELECCIÓN

AL FINAL DE UNA ELECCIÓN

(EB-mayo 2011)

Al final de una elección queda la amargura de unos y la alegría acompañada de la fe en otros. Amargura, porque siempre creemos que tenemos razón en todo lo que pensamos o proponemos. Alegría, porque hay parámetros que nos contentan pero que al fondo cuando se arriesga a un voto así, miras al cielo e invocas la fe para no equivocarte. Aventurarse a votar por un candidato porque mis amigos, mi pareja, mis vecinos o mi novio(a), votará por el (la)…indica falta de personalidad, ausencia de decisión inteligente, o apatía para los actos serios de nuestra vida…..y en todos los casos, primero hay que conocer la historia de un país como el Perú.

He vivido lo suficiente (casi 70 años) para entender lo que puede integrar o desintegrar la política y los políticos, en los peruanos. Por ejemplo los insultos racistas en las redes sociales, de gente acomplejada que no quieren versen reflejados en su grupo étnico con un candidato. Las personas estamos calificadas o preparadas para ejercer o no ejercer cargos importantes, no importando el color de nuestra piel. Nadie vota por un candidato por el grupo racial al que pertenece, sino no existiese el presidente Obama en Estados Unidos de Norteamérica o Mandela en Sudáfrica o …….Un presidente no es un modelo para sacarlo en primera plana de una revista, tampoco un deportista calificado para otorgarle el más preciado trofeo…es un ciudadano que se lanzó a la política interesado en hacer algo bueno por su país de origen o en llenar sus nuevas cuentas bancarias en los paraísos fiscales robándole a los incautos votantes de su elección.

En los últimos años la efervescencia por el candidato, se convierte en un campo de batalla. Lejano está el tiempo cuando se elegían congresistas de lugares de nuestro país, sin que el elegido conociera a quién representaba. Es los dramas cada 5 años de los ciudadanos, esperanzados y soñadores seres humanos que ilusamente creemos que el nuevo gobernante cambiará nuestro status social o económico-cultural y nada más falso. Los políticos se ungen de demócratas en la campaña(comen en cualquier kiosco, besan y abrazan a todos, suben cerros, besan a los niños pobres, se visten con la ropa de los lugareños, y regalan cachivaches(gorras, almanaques, polos, etc) , pero una vez sentado en el sillón o curul correspondiente, se hacen los sordos, mudos y carentes de cualquiera de los sentidos ocupados ahora por su situación de vencedor, gracias a los millones de incautos.

La única manera que podamos individualmente triunfar, es no permitiendo que el verbo (floro, blablabla, palabrería, cháchara) de los políticos nos enjaule en la ignorancia para convertirnos en elector o votante obligado cada vez que quiera postular (Del Castillo, Nava, Kouri, Hildebrandt, Abugattas, Dra. Ley, Come pollo, mataperros, lava pies, etc. ) Con ideologías que cambian de la noche a la mañana, depende dónde se sueña debe salir el sol. Desmentir a los políticos que engañan, son trásfugas, y convalecientes durmiéndose en el mismo congreso, es tarea de los electores. Cada cinco años debemos reconstruir nuestro ánimo, nuestro espíritu para no equivocarnos con el elegido. Solo así mistificaremos la política o nos convertimos en revolucionarios tirando piedras y huevos a nuestros adversarios.

Entonces entenderemos al fin, que la mejor herencia que debemos dejar a los peruanos de mañana son: instituciones serias, políticos honorables, ministros informados previamente de la cartera que asumen, alcaldes que construyen…así nos libraremos de la desesperanza en la cual la mayoría de peruanos somos protagonistas galantes y en muchos casos farsantes.