CASO POLICIAL CIRO CASTILLO
(EB-1 de noviembre de 2011)
Parece que hay cierta tipografía de personas, que no entran en mi mente. Digo esto, a propósito de meses que los medios de comunicación y las redes en internet han ocupado sobre el caso Ciro Castillo-Rosario Ponce, sin dar mayor importancia a asuntos más trascendentes para el país, y para cada persona individual. No hay duda que el morbo por saber los detalles ha embelesado a cuanto lector o vidente se ha programado para seguir día a día esta telenovela. Dos familias psicológicamente disfuncionales, están en la pantalla de la televisión y en todos los medios para oportunistamente exponer sus particulares y no siempre reales puntos de vista respecto al caso.
Rosario, una chica que habla como una niña de 8 años, que cuando no tiene respuesta mira a su abogado o a sus padres para que respondan por ella, una madre que abandona a su niño durante 3 meses para partir lejana y misteriosamente con su amante de turno, una estudiante que se aleja de las normas académicas de una prestigiada universidad, una indiferente actuación frente a lo grave del caso y unos padres diabólicamente protectores capaces de cualquier mentira para ocultar lo que ellos deben conocer en lujo de detalles.
De otro lado, un padre que abandona su actividad profesional para ir en busca del hijo perdido, que mantiene ingentes gastos de vuelos en avión, hotel en Arequipa y Chivay, buscando la multitud que lo aplauda o lo compadezca, con una imaginación propia de una película de terror. Una sufrida madre y dos hermanos del difunto todos dispuestos a ofrecer su imagen, sus declaraciones, sus tristezas y sus alegrías en los medios sin ningún reparo, sin guardarse nada para sí. Sin duda que hay una incapacidad hacia lo mediocre, lo teatrero, lo psicológicamente innecesario, tratando de purificar a la supuesta culpable y de santificar a la víctima.
Toda muerte es lamentable, máxime cuando se trata de persona joven. Ninguna fantasía devolverá la vida a Ciro quien se va de este mundo en la penumbra de la mentira, lo contradictorio, la hipocresía, y la traición. Una joven promesa profesional truncado, A juzgar por los videos proporcionados por la familia, un muchacho sano, sencillo, libre de ataduras, con la energía de su edad, con la inocencia que le da la formación provinciana. Al otro lado y frente a él, una chica que ha cambiado de pareja en varias oportunidades, que se dice de ella lo que ninguna mujer-madre permitiría por la dignidad y el honor de su pequeño hijo.
En los canales de televisión, animadores principiantes todos los días hasta el cansancio y para saturarnos: la verborrea, el chisme, el sendero judicial marcado por sus prejuicios, la moral puesta en declive total y mucha gente escribiendo en twitter, facebook, y otros su propia opinión, permitida por esta especie de crucigrama diabólico al que todos de alguna manera han contribuido.
Hay comportamientos imperfectos de una sociedad, hay adeptos a los malos cerebros, hay maneras de alinearse con la mentira, lo supuesto, lo imaginario, para hacer de un caso como el de Ciro y Rosario, el pan de cada día. Ahora que las autoridades judiciales y policiales se tomarán el tiempo para analizar, investigando hora a hora, día a día, mes a mes…lo que realmente sucedió, aprenderemos a disecar nuestra mente con la verdad, con el orden de los actos que deben regir a una sociedad, y luego de saberlo, habremos hecho la mejor inversión, el más estruendoso aplauso. Para no carecer en el futuro de penumbras que empañen la visión de sólo la verdad. Hay algo raro y extraño en todo esto y cuando se inicie el camino de la investigación para llegar a la verdad, veremos cómo desfilarán muchos de los que han intervenido en el caso, para lavarse las manos o para culpar a otros de su mediocridad como seres humanos.
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