COSTUMBRES QUE NO DEBIERON PERDERSE

COSTUMBRES QUE NO DEBIERON

PERDERSE
(EB- 26 de octubre de 2013)

 

 

En culturas de nuestro Antiguo Perú, se castigaba cruelmente el cinismo, la mentira, la hipocresía. El lema inca de “Ama llulla, ama sua y ama quella…”(No seas mentiroso, no seas ladrón no seas ocioso), fue la base de la moral inca, de esa manera lograron una conducta positiva del pueblo. Los valores se encaminaban en jerarquías superiores, basados en la verdad, el trabajo, la moral. Ese lema constituyó la solidez de un imperio que se extendió en gran parte de América del Sur. Decía el célebre Pachacutec “El que no sabe gobernar su casa y familia, menos sabrá gobernar la república”. Estaba vedado el homicidio, el aborto, la perversión, el afeminamiento, el adulterio, la sodomía, el rapto y violación de doncellas, la embriaguez, el juego habituales, la desobediencia dolosa, la suciedad nociva, la injuria, la ira y la envidia. Estos estaban considerados dentro del derecho penal y se castigaba como se merece.



Si retomáramos hoy la moral de la educación inca, faltarían cárceles para guardar a tanto sinvergüenza que hace gala de su culpa sin siquiera aceptar su error y saber que es digno de un castigo. Y es que están mal los que aplican la justicia (hecha la ley hecha la trampa), está mal la prensa que culpa sin tener la seguridad de ello, está mal el que manejando las riendas del Estado roba, saquea, acepta coimas, muestra riquezas exteriores de lo que no es suyo y se niega a sentirse culpable. 

Sucede que los capítulos históricos de la conquista, colonia o virreinato y república arrastraron todas las taras y males propios de la civilización europea. Por ello es tan fácil hacernos los de la vista gorda cuando vemos que alguien muestra signos exteriores de riqueza sin inmutarse. Estamos habituados a rodearnos de ladrones desde el jefe mayor que controla la institución (llámese iglesia, estado, distrito, región, universidad, empresa, hospital, comisaría, etc.) hasta el último empleado de la misma. Nos hemos convertido en una especie de langostas devoradoras de lo que no nos pertenece y hemos ocultado en las catacumbas de nuestra conciencia nuestro detrimento moral.

Creo que deberíamos rescatar el castigo de los antiguos peruanos a los médicos, abogados, y otros ejemplares de la fauna diabólica que abundan en una sociedad decadente como la que vivimos.

Médico que mata al paciente irresponsablemente, debe ir a la cárcel y pagar con creces su error (¿Soat médico?). Así evitaríamos el drama cotidiano de familiares….abogado que sabiendo que su defendido miente, es cínico en exceso y apaña su pecado, una vez comprobada la falsedad de su declaración, debe castigarse igualmente al abogado porque se prestó a engañar a la sociedad sólo por el hecho de cobrar sus honorarios. Y como nos lo ha trasmitido Jorge Basadre cuando habla del “Derecho Incaico”, alcanzó este altura insospechada, llegando a perfilarse como el más evolucionado de los sistemas jurídicos de América cobriza. Era el Inca quien tenía la suprema función de perdonar, pero consultaba siempre a los Amautas (maestros) sobre la nueva legislación. En el Yachayhuasi los jóvenes de la nobleza inca cuando llegaban a cursar su tercer año de estudios, las estudiaban, de esa manera no llegaban a ejercer cargo ignorantes del premio y el castigo.

Y si seguimos rescatando las “costumbres que no debieron perderse”, a muchos de los caraduras de toda la etapa republicana en el país les esperaría de acuerdo al código moral inca: Pena de muerte (decapitación, hoguera, horca, emparedamiento, despeñamiento, descuartizamiento, apedreamiento, flechamiento, arrastramiento y por tormento a veces seguido de abandono)….Los castigos corporales(tormento, flagelamiento y paliza)…Los privativos de la libertad(prisión temporal o perpetua, destierro, trabajos forzados y servidumbres masivas de aldeas enteras)…Castigos económicos(confiscación de bienes, aumento de impuestos)…Castigos de honra (corte de cabello, amonestación pública, destitución del cargo, destrucción del cadáver del delincuente)…etc. Un traslado a lo que en época virreinal fue el Tribunal del Santo Oficio o Santa Inquisición… 

 
Habría que añadir castigo a todos los ladronzuelos que huyen del país y buscan asilo o anonimato en un país extranjero, pera hacernos creer que son víctimas de persecución política. Los que promueven revolución, protestas masivas, cortinas de humo para tapar graves problemas nacionales, los que cierran las carreteras, interrumpen el tráfico en la ciudad de Lima, o paralizando la vida económica del país y los peruanos…y que finalmente son premiados con cargos públicos excesivamente remunerados.





Eso es lo que pienso….si estamos de acuerdo…qué bueno…pero ¿no cree usted querido lector que ya hemos sobrepasado todo límite de aguante de la inmoralidad que campea en nuestro país y nadie pone freno?......